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Apellidos: Rodriguez de Medellin hasta Bogota. Uribe de Medellin hasta el Pais Vasco. Lopez de Medellin hasta España. Senior de Barranquilla, pasando por Coro (Venezuela), Curazao (Antillas Holandesas) y hasta Amsterdam. Todos con sus ramas colaterales.


  • Né le 28 décembre 1846 - Curacao, Antillas Holandesas
  • Décédé le 14 janvier 1916 - Bucaramanga, Santander, Colombia,à l'âge de 69 ans

 Parents

 Union(s) et enfant(s)

 Fratrie

 Notes

Notes individuelles

Child: Emanuel Cortisos
Gender: Male
Place of birth: Willemstad
Date of birth: Monday, December 28, 1846
Father: Joseph Cortisos
Mother: Esther Jesurun Pinto
Event: Birth
Date: Monday, December 28, 1846
Event place: Willemstad
Source type: Birth certificate
Organisation: Nationaal ArchiefNationaal Archief
Place: Curaçao
Collection region: Netherlands Antilles
Record number: 216.0
Record date: 1 January 1846
Record place: Curaçao
Record type: Geboorteakte
Manuel Cortissoz
Judío procedente de Curazao, a quién el gobierno nacional le adjudicó las mismas tierras en el departamento de Santander, que este departamento le adjudico a Lengerke, presentándose una guerra comercial entre ambos. Socio fundador del Banco Santander, constituido el 7 de diciembre de 1872. Exportador de tabaco. De los exportadores de quina en el Estado de Santander.
Casado con Teresa Semblat (De origen venezolano, no es Semblas).
De Edmundo Gavassa Villamizar:
El cementerio de la ciudad
Cuando Bucaramanga era un villorrio, hace doscientos años, su primer cementerio estaba localizado a una cuadra al occidente de la Capilla de Los Dolores, casi vecino a la casa donde nació el inmortal guerrero, General Presidente de la República, Custodio García Rovira. En esa misma casa vivió el cronista Don José Joaquín García que nos dejó como legado su libro ?Crónicas de Bucaramanga?. Con el desarrollo de la ciudad hubo necesidad de buscar otro sitio más apropiado para los funerales.
Don Anselmo Peralta y Doña Trinidad Parra de Orozco obsequiaron al Municipio los terrenos que hoy forman el Parque Romero, en 1888. En la faja que cae sobre las "Chorreras de Don Juan" enterraban a los suicidas o pertenecientes a otras religiones. A finales del siglo XIX Don Paulino Colmenares, muy conocido en la ciudad, colaboró con la construcción de una Capilla que entre otras cosas es la misma que hoy tenemos.
Existía también el Cementerio de Extranjeros, situado al suroriente del Parque Romero, se trataba de un fosal particular, sin distinción de clases ni de religiones. Para disponer de sepultura se requería ser accionista, algo parecido a lo que acontece hoy con los modernos cementerios. Allí quedaron los Clausen Cornejo y Emilio Garnica. Christian Petter Clausen promovió la compra de los actuales terrenos a Trinidad Parra de Orozco. Fabio Villa fue el forjador de la bella verja de hierro que adorna el cementerio y que aún se conserva intacta.
Como todo lo acontecido en nuestra ciudad, este cementerio también fue construido por los particulares. Fueron los primeros accionistas de la nueva empresa: Gustavo Volkmann, Manuel Cortissoz, Lorenzo Larsen, Minlos, Breuer, César Lülle, Holger Clausen, Felipe Hakspiel, Santafé Cadena, Eusebio Cadena, Tobías Valenzuela, Vicente Uscátegui, Pedro Elías Otero, Eliseo Serrano, Ricardo Silva, Reinaldo Göelkel, Víctor Paillié, los hermanos Ogliastri Figueroa, Waldemar Hanssen, Henrry Stünkel, Hermann Treber Orozco, Ernesto Langebach, Bernardo Wessels y Jesús Reyes G.
Hasta hace poco se leían nombres de preclaros varones que pertenecieron a distinguidas familias: José María Villamizar Gallardo, Simón Reyes, Ricardo Silva Silva, Enrique Lleras Triana, Eduardo Rueda Rueda, José María Phillips, Antonio Castro Wilches, Luis Eduardo Uribe, Manuel Velásquez, Manuel Antonio Mutis, Víctor F. y Francisco Paillié, Laureano Ruiz, Manuel Carrisoza, los Ogliastri y sus esposas, Guillermo y Emilio Minlos. ¡Descansen en paz!
Comerciantes y empresarios de Bucaramanga (1857-1885): una aproximación desde el neoinstitucionalismo
María Fernanda Duque Castro
Extracto:
"La Compañía Minera de Bolívar y Santander, creada en 1885, tuvo como fundadores a Manuel Cortissoz, Luis G. Pochet, natural de cuba y vecino de Barranquilla, Serafina Salas de Pochet, Esther Wolf e hijos, Teresa Semblat de Cortissoz, natural de Venezuela y vecina de Bucaramanga al igual que su esposo Manuel, y Jacobo Cortissoz (hermano de Manuel), natural de Curazao y vecino de Barranquilla."

"Entre los comerciantes extranjeros uno de los más afamados fue el venezolano Manuel Cortissoz, quien en unión de la casa barranquillera A. Wolff & Cía estableció
en 1877 la sociedad comanditaria M. Cortissoz & Cía. Ya establecida, y aprovechando el incremento espectacular que entre 1877 y 1881 alcanzó el precio de la quina en los mercados internacionales, la casa Cortissoz se involucró en la producción y exportación de ese producto.
Nota:
Los hijos de Manuel y Teresa son:
Gilberto casado con Luisa Silva (hijos, Leon y Saul)
Debora casada con Enrique Otero Muñoz
Alina casada con Calixto Andrade Suescun
Judit
Maria Teresa
De La Academia de Historia de Santander:
Detalles biográficos
DON LUIS FERNANDO OTERO WILCHES nacido en 1852 y muerto en 1915, hijo de Don Rafael Otero nacido en 1819 y muerto en 1879 y de Doña Natalia Wilches Calderón muerta en 1907, quien casó con Doña Rosalina Muñoz Otero nacida en 1851 y muerta en 1940, quienes fueron padres de:
1.- ENRIQUE OTERO MUÑOZ, quien casó en 1916 con Doña Débora Cortissoz y San Blas, hija de Don Manuel Cortissoz Jesusum y Pinto y de Doña Teresa San Blas y Frontat, sin descendencia.

CRIMEN EN LA PENSIÓN INGLESA (Jose Nieto Ibañez)
Extracto:
He aquí una versión en la que, con el ánimo de ser amenos, utilizamos el recurso de la imaginación.
La madrugada del 16 de abril de 1935, un rumor invadió las calles y callejones de Barranquilla, clamor lastimero que bajó por el callejón de ?Líbano? o ?Avenida de la República?, hasta el caño del Mercado, llegando a los oídos de los madrugadores comerciantes del lugar; para regresar, haciendo el mismo recorrido hasta más allá de la calle del ?Estanque?, ya en pleno corazón de ?Boston? y ?El Prado?, permitiendo así que los acomodados habitantes de esos prestigiosos barrios, se enteraran de la tragedia ocurrida, pocas horas antes, en la antigua ?Pensión Inglesa? de la calle Murillo, y en donde su anciana propietaria había sido estrangulada.
?La Floresta?, antigua residencia señorial de la familia Cisneros, para 1935 era sólo un par de viejas casonas de madera, ya bastante desvencijadas y rodeada de plantas, entre las que se destacaban las trinitarias que, sembradas a su alrededor, parecía que con el tiempo terminarían por cubrirla para siempre.
Su frente daba, calle del Divididi o de Murillo de por medio, al parrandero, alegre y carnavalero Salón ?Carioca?.
Pero ?La Floresta? no tenía ya el esplendor de antaño, cuando sus 11.383 metros cuadrados de superficie, albergaban árboles frutales y hortalizas y sus dos casas de madera, junto a la más pequeña del servicio doméstico, lucían atractivas, con una capa de pintura verde sobre sus paredes de madera que le daban no sólo belleza, sino un simbólico sentido de esperanza futura.
Ahora, no era más que un sitio adecuado para el crimen, dado su estado de abandono.
Sus habitantes. En el deteriorado Kiosco de madera, hacia el centro del jardín, vivía Manuel Weeber, un sirviente curazaleño y su mujer ecuatoriana, María de J. Quiñónez, nativa del puerto de Esmeraldas. En el primer piso de la casa izquierda, y mirando hacia la banda norte del callejón del Rosario, ocupaba uno de los cuartos en arriendo, la señora Luisa Silva de Cortissoz y su hijo León, una callada y humilde costurera. En esa misma casa, pero en una habitación que daba hacia Murillo, vivía John Berg, el nieto adoptivo de la señora de Meek de quien muchos aseguraban era su sobrino.
El dato de la muerte de Manuel Cortissoz es de Bartolome Rugeles, Diario de un comericiante bumangues, pagina 176.

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