Jose AndresLopez Alvarez

Eran los tiempos de la “Revolución Legalista”, encabezada por el General Joaquín Crespo. El General Juan Cancio González y el Coronel José Andrés López, que apoyaban ese movimiento armado, con fuerzas de infantería que habían organizado en la Cuenca del Unare, ocupaban militarmente San Mateo. Hacia el frente y a ambos lados de la iglesia habían hecho trincheras.

El General Manuel Guzmán Álvarez, al frente de la caballería, atacada la plaza el 28 de septiembre de 1892 por el ejercito del gobierno, al mando de los Generales Braulio Yaguaracuto y Eleuterio García (a) Platero, considerando imprudente presentar batalla dentro del poblado, sacó su escuadrón a una sabana cercana, donde no fueron atacados. Y…sin previo aviso - llevándose el parque con que contaba las fuerzas del Unare - abandonó el campo rumbo a “Hato Viejo”, una hacienda de su propiedad. La defensa de San Mateo en esas condiciones fue una temeridad.

- “General: no tenemos parque, vámonos. Nos van a matar aquí como unos pendejos” - le dijo el General José Andrés López.
- “No, Cancio González no ha huido nunca. Vamos a quedarnos hasta agotar el último cartucho”.

Tras de esta respuesta, el General Juan Cancio González ordenó darle a sus hombres aguardiente mezclado con pólvora, “para que aguantaran más”.

Las descargas eran continuas. Enardecidos por el brebaje, nadie pensaba en el final que se avecinaba. (“Se emborracharon todos” - contaron después algunos sobrevivientes al viejo Tononi, un comerciante de San Mateo).

El Coronel José Andrés López, en medio de atronadoras descargas, recibió un balazo que lo atravesó. - “Se fue de lado, y el General Cancio González que trató de auxiliarlo, recibió un tiro en la cabeza, sobre una ceja, que lo mató en el acto”. - Contó al autor Don José Gregorio Portillo, en Clarines, muchísimos años después de esa pelea, en la que tomó parte siendo muy joven.