
![]() | Infante de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España (1262 - June 25, 1319), Señor de Valencia de Campos, Valencia, Valencia, Valencia, España (February 17, 1281-1300), Señor Consorte de Vizcaya, Bermeo, , Vizcaya, País Vasco, España (1310 - June 25, 1319)
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Parents
- Alfonso X de Borgoña "El Sabio", Rey de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1221-1284
- Violante de Aragón, Infanta de Aragón, Aragón, Aragón, España 1236-1301
Siblings
Berenguela de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Castilla y León, España 1253-1300
Beatriz de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1254-1286
Fernando de Borgoña, Príncipe Heredero de la Corona de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1255-1275
Leonor de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Castilla y León, España 1256-1275
Sancho IV de Borgoña, Infante de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1258-1295
Constanza de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1259-1280
Pedro de Borgoña, Infante de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1260-1283
Juan de Borgoña, Infante de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1262-1319
Isabel de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1263-1264
Violante de Borgoña, Infanta de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1265-1308
Jaime de Borgoña, Infante de Castilla, Burgos, Burgos, Castilla y León, España 1266-1284
Notes
Individual Note
La muerte del primogénito y heredero al trono, Fernando de la Cerda, en 1275, provocó una grave crisis sucesoria. Según la costumbre, y dada la minoría del hijo de Fernando, Alfonso de la Cerda, los derechos debían recaer en el segundogénito, el infante Sancho, distinguido guerrero que se ganó el apelativo de "Bravo". Sin embargo, el derecho romano introducido por Alfonso X en Las Siete Partidas establecía que la sucesión correspondía a los hijos de Fernando de la Cerda. Alfonso X se inclinó en principio por satisfacer las aspiraciones del infante Sancho. Pero luego, presionado por su esposa, la reina Violante y por Felipe III de Francia, tío de los infantes de la Cerda, pretendió convertir a Alfonso de la Cerda en rey de Jaén.
Estatua que representa a Alfonso X de Castilla, padre del infante Juan. Biblioteca Nacional de España, Madrid.El infante Sancho se rebeló, apoyado por la mayor parte de la nobleza del reino, y llegó a desposeer a Alfonso X de sus poderes, aunque no del título de rey (1282). Sólo Sevilla, Murcia y Badajoz permanecieron fieles a Alfonso X. El infante Juan apoyó en un primer momento a su hermano, pero Alfonso X, ayudado por sus antiguos enemigos los benimerines empezó a recuperar su posición y a ganar para su causa cada vez más nobles y ciudades rebeldes. Entre ellos se encontró el propio infante Juan, que en marzo de 1283, abandonó a Sancho y retornó a la obediencia paterna, tal como refiere la Crónica General de Espanha:12
El infante Don Juan, arrepintiéndose de estar en contra de su padre, tomó a su mujer y a un hijo suyo, y fuese para Sevilla. Y, cuando entró en el palacio donde estaba su padre, desvistióse y descalzóse e hizo vestir a su mujer en cota y a su hijo en camisa. Y cuando estuvo ante su padre, se colgó una soga al cuello y se puso de hinojos delante de él, pidiéndole merced. El rey, movido a piedad, lloró con él, abrazólo y besólo y le dio su bendición.El año 1283 concluyó para el bando del infante Sancho con un revés militar, pues la ciudad de Mérida, que controlada por sus partidarios, fue recuperada para el rey Alfonso por un ejército al mando del infante Juan y de Fernán Pérez Ponce de León I, nieto del rey Alfonso IX de León.13
En su codicilo testamentario, redactado en Sevilla en 1284, el rey Alfonso X maldijo a su hijo Sancho y lo desheredó, legando los tronos de León y Castilla a Alfonso de la Cerda, bajo la tutela de Felipe III de Francia, que heredaría Castilla en el caso de que Alfonso y sus hermanos murieran sin descendencia.14 El infante Juan recibiría los reinos de Sevilla y Badajoz, debiendo cumplir para ello con dos condiciones, siendo la primera de ellas que debía comprometerse a prestar obediencia, él y sus descendientes, a quien fuese rey de Castilla y de León, y la segunda, que el infante Juan debería respetar sus mandas testamentarias, como aquella por la que el monarca estipulaba que a su muerte, su hija Beatriz de Castilla, reina de Portugal, quien había sido designada junto con el infante Juan albacea del testamento de su padre, percibiría las rentas de la ciudad de Badajoz.15
Sin embargo, el testamento de Alfonso X, que falleció en Sevilla el 4 de abril de 1284, no fue respetado,16 y Sancho IV de Castilla subió al trono y el infante Juan le reconoció como soberano.17 Y conviene señalar que sólo dos de los hijos varones de Alfonso X le sobrevivieron, siendo uno de ellos el infante Juan y el otro su hermano mayor, Sancho IV.3
El reinado de Sancho IV de Castilla (1284-1295)En 1286 falleció la esposa del infante Juan, Margarita de Montferrato, y antes1 o poco antes18 del 11 de mayo de 1287, el infante contrajo un nuevo matrimonio con María Díaz de Haro, que llegaría a ser señora de Vizcaya y era hija del conde Lope Díaz III de Haro, señor de Vizcaya.1813 Y el 8 de junio de 1288 fue asesinado en Alfaro el suegro del infante Juan, Lope Díaz III de Haro, señor de Vizcaya y privado del rey, en el transcurso de una reyerta con Sancho IV en la que estuvo presente el propio infante Juan, que estuvo a punto de morir a manos de su hermano, siéndole perdonada la vida debido a la intervención de la reina María de Molina, quien, en vista de la situación:19
Desque la Reina, que estava en su camara supo el hecho en como havia passado, pugno quanto pudo en guardar al Infante D. Juan que no tomasse muerte, i si non fuera por esto, luego lo matara el Rei de buena miente, i prissiole el Rei esa noche, i metiole en unos hierros.
Sancho IV de Castilla. José María Rodríguez de Losada. (Ayuntamiento de León).Por haber atentado contra la vida de su hermano, el infante Juan fue encarcelado en el castillo de Burgos, y posteriormente, en el castillo de Curiel de Duero, donde permaneció hasta el año 1291 en que, merced a la intercesión de la reina María de Molina, fue libertado por orden de su hermano y conducido a la ciudad de Valladolid, donde prestó juramento de fidelidad al rey y a su sucesor, el infante Fernando. El señorío de Vizcaya pasó a manos de su cuñado, Diego López IV de Haro, hijo del difunto Lope Díaz de Haro, que se hallaba enemistado con el rey Sancho IV desde que este asesinara a su padre. Diego falleció un año después que su padre, en 1289, y sin dejar descendencia. Diego López V de Haro, hermano de Lope Díaz III, y aprovechando la circunstancia de que el infante Juan se encontraba preso, entró en Vizcaya y fue reconocido como señor por los vizcaínos, pero hubo de huir a Aragón en busca de refuerzos, ante la llegada de las tropas de Sancho IV.
En 1292, poco después de su liberación, el infante Juan se distinguió junto a su hermano el rey en la conquista de Tarifa, y durante la cual el infante recibió quemaduras de azufre hirviente en el rostro. Y hay constancia de que en noviembre de 1292 el infante Juan desempeñó brevemente el cargo de adelantado mayor de la frontera de Andalucía,20 habiendo sido precedido en dicho cargo por Juan Núñez I de Lara, señor de Lara, y siendo sucedido por su pariente Juan Fernández Cabellos de Oro, que era nieto del rey Alfonso IX de León.21 Pero poco después entabló una alianza con Juan Núñez I de Lara y con otros ricoshombres con el propósito de combatir a su hermano, y por temor a este, el infante Juan abandonó el reino y se refugió en Portugal. Allí mantuvo tratos con Juan Alfonso de Meneses, señor de Alburquerque, lo que provocó recelos en el rey Dionisio I el Labrador, que ordenó al infante que abandonase sus estados. En 1294 el infante Juan se embarcó en el puerto de Lisboa con la intención de dirigirse a Francia. Sin embargo, el navío recaló en Tánger, donde él y sus hombres fueron socorridos por el sultán benimerín.
Al servicio del rey de Fez, volvió a la península ibérica aquel mismo año, tomando parte en el asedio al que los benimerines y los nazaríes sometieron a la ciudad de Tarifa, defendida por Guzmán el Bueno, fundador de la casa de Medina Sidonia. Según refiere la Crónica de Sancho IV, el infante Juan amenazó al defensor de la plaza con asesinar a su hijo, que se hallaba en su poder, si no la rendía. Mas, a pesar de ello, Guzmán el Bueno, se negó a rendirse y, como prueba de su determinación, arrojó su propia daga desde las murallas de Tarifa para que con ella diesen muerte a su hijo. El joven Pedro fue asesinado, y su cabeza cortada y arrojada en una catapulta al interior de la ciudad sitiada. A pesar de tal acción, los sitiadores se vieron obligados a levantar el asedio y el infante se refugió en el reino de Granada, acogido por el sultán Muhammad II.22
La minoría de edad de Fernando IV de Castilla (1295-1301)El día 25 de abril de 1295 falleció el rey Sancho IV, siendo sucedido en el trono por su hijo, Fernando IV, que contaba con diez años de edad. Con la muerte del rey, Diego López V de Haro volvió al señorío de Vizcaya, que ocupó gracias al apoyo de la reina María de Molina. Aprovechando las luchas que se desencadenaron en el seno de la corte castellana tras la defunción de su hermano, y, al tiempo que Alfonso de la Cerda reclamaba el trono, el infante Juan intentó hacerse, no solamente con los reinos de Sevilla y Badajoz, que su padre le había legado, sino con la totalidad de Castilla y de León, argumentando que su sobrino el rey Fernando IV había nacido siendo fruto de un matrimonio incestuoso y nulo.
Abandonando Granada, intentó ocupar la ciudad de Badajoz, pero, al fracasar en su intento, se apoderó de Coria y del castillo de Alcántara. Pasó después a Portugal, donde presionó al rey Dionisio I para que declarase la guerra a Fernando IV, y al mismo tiempo, para que le apoyase en sus pretensiones de acceder al trono. A principios de 1296, el infante Juan tomó Astudillo, Paredes de Nava y Dueñas, al tiempo que su hijo Alfonso de Valencia se apoderaba de Mansilla.
María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en las Cortes de Valladolid de 1295. Óleo sobre lienzo de Antonio Gisbert Pérez. 1863. (Congreso de los Diputados de España).En abril de 1296 Alfonso de la Cerda entró en escena, acompañado por tropas aragonesas, acordando que Castilla sería para él, y León para el infante Juan. Alfonso de la Cerda se dirigió a la ciudad de León, donde el infante Juan fue coronado rey de León, de Sevilla y de Galicia «contando con el concurso», en palabras de Boto Varela, del obispo de León, Fernando Ruiz, aunque se desconoce el papel que el prelado desempeñó en la ceremonia.23 Y el mismo historiador destacó que tres de los cuatro monarcas castellanos que fueron coronados solemnemente entre los siglos XIII y XIV, y entre los que figuraban el «espurio» infante don Juan y también su hermano Sancho IV, Enrique II y Juan I, gozaban de «escasa o nula legitimidad» para acceder al trono.23
Tras su coronación, el infante Juan acompañó a Sahagún a Alfonso de la Cerda, donde este último fue proclamado rey de Castilla, Toledo, Córdoba, Murcia y Jaén, contando con la presencia y el apoyo en ambas coronaciones del infante Pedro de Aragón, hijo de Pedro III de Aragón.
Poco después de ser coronados Alfonso de la Cerda y el infante Juan cercaron Mayorga, partiendo al mismo tiempo el infante Enrique al reino de Granada para concertar la paz con los nazaríes, ques en esos momentos atacaban en toda Andalucía las tierras del rey, defendidas por Guzmán el Bueno. El 25 de agosto de 1296 falleció el infante Pedro de Aragón, víctima de la peste, mientras se encontraba al mando del ejército aragonés que sitiaba Mayorga, perdiendo con ello el infante Juan a uno de sus mayores valedores. Debido a la mortalidad que se extendió entre los sitiadores, los pretendientes se vieron obligados a levantar el cerco.24
Mientras el infante Juan y Juan Núñez II de Lara aguardaban la llegada del rey de Portugal con sus tropas, que avanzaban a lo largo del Duero, para unirse a ellos en el sitio con el que proyectaban someter la ciudad de Valladolid, donde se encontraban la reina María de Molina y Fernando IV, el rey aragonés atacaba Murcia y Soria, y Diego López V de Haro sembraba el desorden en su señorío de Vizcaya.
Ante esta situación, la reina María de Molina amenazó al monarca portugués con romper los acuerdos del año anterior si persistían sus ataques a Castilla y su apoyo al infante Juan y a Alfonso de la Cerda. El rey Dionisio, informado de que Juan Núñez II de Lara se negaba a sitiar Valladolid, así como de que numerosos magnates, nobles y prelados desertaban del bando del infante Juan, retornó a su reino, habíéndose apoderado previamente de los municipios de Castelo Rodrigo, Alfaiates y Sabugal, territorios pertenecientes a Sancho de Castilla "el de la Paz", nieto de Alfonso X. Poco después de la retirada del rey de Portugal, el infante Juan se retiró a León y Alfonso de la Cerda regresó a Aragón. En octubre de 1296, las tropas de María de Molina, enferma de gravedad en esos momentos, cercaron Paredes de Nava, donde se hallaba María II Díaz de Haro, esposa del infante Juan, acompañada por su madre y por su hijo Lope. Cuando el infante Enrique de Castilla el Senador, que se hallaba conferenciando con el sultán de Granada, tuvo conocimiento de que los aragoneses y los portugueses habían abandonado Castilla, y de que la reina se encontraba sitiando Paredes de Nava, decidió regresar a Castilla, temiendo que le privasen del cargo de tutor del rey Fernando IV. A su regreso, el infante Enrique persuadió a algunos caballeros y consiguió que se levantase el asedio a que se hallaba sometida Paredes de Nava, a pesar de la oposición de la reina, que regresó a Valladolid en enero de 1297. Juan Núñez II de Lara fue sitiado en Ampudia, aunque consiguió escapar del cerco.
El día 12 de septiembre de 1297, María de Molina y el rey portugués suscribieron el tratado de Alcañices, por el que Castilla cedía diversas plazas fronterizas a Dionisio I a cambio de que retirara su apoyo al infante Juan, que aún seguía controlando el territorio leonés. Además, el monarca portugués cedió a la reina madre 300 caballeros para luchar contra el infante Juan. El tratado de Alcañices contribuyó a asegurar la posición en el trono de Fernando IV y permitió a la reina María de Molina tener un mayor margen de maniobra.
A finales de 1297, la reina envió a Guzmán el Bueno a León para combatir al infante Juan.25 A comienzos de 1298, Alfonso de la Cerda y el infante Juan, apoyados por Juan Núñez II de Lara, comenzaron a acuñar moneda devaluada, debido a la falta de fondos con los que sostener la guerra. En ese mismo año Sigüenza cayó en poder de Juan Núñez II de Lara, pero tuvo que evacuarla al poco tiempo a causa de la resistencia de los defensores y, poco después, caían en manos del magnate castellano Almazán -que se convirtió en la plaza fuerte de Alfonso de la Cerda- y Deza, siéndole además devuelto a Lara el Albarracín por el rey Jaime II de Aragón. En las Cortes de Valladolid de 1298, el infante Enrique volvió a aconsejar la venta de la ciudad de Tarifa a los benimerines, oponiéndose a ello la reina María de Molina.
Poco después, María de Molina se entrevistó con el rey de Portugal en Toro, y le solicitó que la ayudase en la lucha contra el infante Juan. Sin embargo, el soberano portugués rehusó. De común acuerdo con el infante Enrique, ambos planeaban que Fernando IV llegase a un acuerdo de paz con el infante Juan, conservando este último Galicia, León y todas las plazas que había conquistado mientras durase su vida. No obstante, todos esos territorios retornarían a su muerte a propiedad del rey Fernando. La reina, que se oponía al proyecto de entregar dichos territorios al infante Juan, sobornó al infante Enrique entregándole Écija, Roa y Medellín a cambio de cejar en sus proyectos, logrando al mismo tiempo que los representantes de los concejos rechazasen públicamente el proyecto del soberano portugués.
Retrato que representa al rey Dionisio I de Portugal.Una vez finalizadas las Cortes de Valladolid de 1299, la reina recuperó los castillos de Mónzón y de Becerril de Campos, que se hallaban en poder de los partidarios de Alfonso de la Cerda, y Juan Alfonso de Haro, señor de los Cameros, capturó a Juan Núñez II de Lara. Mientras tanto, la reina dispuso el envío de tropas para socorrer Lorca, sitiada por el rey de Aragón, al tiempo que, en agosto del mismo año, las tropas del rey castellano cercaban Palenzuela. Juan Núñez II de Lara fue liberado ese mismo año a condición de que su hermana Juana Núñez de Lara se desposase con el infante Enrique, rindiese homenaje al rey Fernando IV, se comprometiese a no guerrear contra él y devolviese los municipios de Osma, Palenzuela, Amaya, Dueñas -que le fue concedida al infante Enrique-, Ampudia, Tordehumos — que le fue entregada a Diego López V de Haro — la Mota, y Lerma.
En marzo de 1300, María de Molina se entrevistó una vez más con Dionisio I de Portugal en Ciudad Rodrigo, donde el soberano portugués solicitó fondos para poder abonar el coste de las dispensas matrimoniales que el papa debería otorgar, a fin de que se llevasen a cabo los enlaces matrimoniales entre Fernando IV y Constanza de Portugal y los de la infanta Beatriz de Castilla con el infante Alfonso de Portugal. En las Cortes de Valladolid de 1300, la reina, imponiendo su voluntad, consiguió reunir la cantidad necesaria de dinero con la que poder persuadir a Bonifacio VIII para que este emitiera la bula que legitimara los matrimonios.
Durante las Cortes de Valladolid de 1300 el infante Juan de Castilla renunció a sus pretensiones al trono, no obstante haber sido proclamado rey de León en 1296, y prestó público juramento de fidelidad a Fernando IV de Castilla y a sus sucesores, el día 26 de junio de 1300. A cambio de su renuncia a la posesión del señorío de Vizcaya, cuya posesión le fue confirmada a Diego López V de Haro, María II Díaz de Haro y su esposo, el infante Juan, recibieron Mansilla, Paredes de Nava, Medina de Rioseco, Castronuño y Cabreros.26 Poco después, María de Molina y los infantes Enrique y Juan, acompañados por Diego López V de Haro, sitiaron el municipio de Almazán, pero levantaron el asedio por la oposición del infante Enrique.
En 1301 Jaime II de Aragón sitió la villa de Lorca, perteneciente a don Juan Manuel, quien entregó la villa al monarca aragonés, al tiempo que María de Molina, con el propósito de amortizar el desembolso realizado para proveer un ejército con el que liberar a la villa del cerco aragonés, ordenaba cercar los castillos de Alcalá y Mula, y sitiaba a continuación la ciudad de Murcia, donde se hallaba Jaime II, quien pudo haber sido capturado por las tropas castellano-leonesas, de no haber sido prevenido por los infantes Enrique y Juan, quienes se mostraban temerosos de una completa derrota del soberano aragonés, pues ambos deseaban mantener buenas relaciones con él.
En las Cortes de Burgos de 1301 se aprobaron los subsidios demandados por la Corona para financiar la guerra contra el reino de Aragón, contra el reino de Granada, y contra Alfonso de la Cerda, al tiempo que se concedían subsidios para conseguir la legitimación del matrimonio de la reina con Sancho IV de Castilla, enviándose a continuación 10 000 marcos de plata al papa para este propósito, a pesar de la hambruna que asolaba el reino de Castilla y León. Durante las Cortes de Zamora de 1301, el infante Juan de Castilla y los ricoshombres de Léon, Galicia y Asturias, partidarios en su mayor parte del infante Juan, aprobaron los subsidios demandados por la Corona.
La mayoría de edad de Fernando IV de Castilla (1301-1312)En noviembre de 1301, hallándose la Corte en la ciudad de Burgos, se hizo pública la bula por la que el papa Bonifacio VIII legitimaba el matrimonio de la reina María de Molina con el difunto rey Sancho IV, siendo por tanto sus hijos legítimos a partir de ese momento. Al mismo tiempo, se declaró la mayoría de edad de Fernando IV. Con ello, el infante Juan de Castilla y los infantes de la Cerda perdieron uno de sus principales argumentos a la hora de reclamar el trono, no pudiendo esgrimir en adelante la ilegitimidad del monarca castellano-leonés. También se recibió la dispensa pontificia que permitía la celebración del matrimonio de Fernando IV con Constanza de Portugal. El infante Enrique, molesto por la legitimación de Fernando IV por el papa Bonifacio VIII, se alió con Juan Núñez II de Lara, señor de la Casa de Lara, a fin de indisponer y enemistar a Fernando IV con su madre, la reina María de Molina. A ambos magnates se les unió el infante Juan de Castilla, quien continuaba reclamando el señorío de Vizcaya en nombre de su esposa, María II Díaz de Haro.
Escudo de armas del infante Enrique de Castilla el Senador, hijo de Fernando III de Castilla, que fue tutor del rey Fernando IV durante su minoría de edad.En 1301, mientras la reina se encontraba en Vitoria con el infante Enrique respondiendo a las quejas presentadas por el reino de Navarra en relación con los ataques castellanos a sus tierras, el infante Juan y Juan Núñez II de Lara indispusieron al rey con su madre y procuraron su diversión en tierras de León por medio de la caza, a la que el rey se mostraba aficionado desde su infancia. Estando la reina en Vitoria, los nobles aragoneses sublevados contra su rey le ofrecieron su apoyo para conseguir que Jaime II de Aragón devolviera a Castilla las plazas de las que se había apoderado en el reino de Murcia. Ese mismo año el infante Enrique, aliado con Diego López V de Haro, reclamó al rey Fernando IV, en compensación por abandonar el cargo de tutor del rey, y habíendo chantajeado previamente a la reina con declarar la guerra a su hijo si no accedían a sus deseos, la posesión de las localidades de Atienza y de San Esteban de Gormaz, que le fueron concedidas por el rey.
El día 23 de enero de 1302 Fernando IV contrajo matrimonio en Valladolid con Constanza de Portugal, hija del rey Dionisio I de Portugal. En las Cortes de Medina del Campo de 1302, celebradas en el mes de mayo de ese año, los infantes Enrique y Juan y Juan Núñez II de Lara intentaron indisponer al rey con su madre, acusándola de haber regalado las joyas que le diera Sancho IV, y posteriormente, cuando se demostró la falsedad de dicha acusación, la acusaron de haberse apropiado de los subsidios concedidos a la Corona en las Cortes de años anteriores, acusación que se demostró era falsa cuando Don Nuño, abad de Santander y canciller de la reina revisó e hizo público el estado de cuentas de la reina, quien no sólo no se había apropiado de los fondos de la Corona, sino que había contribuido con sus propias rentas al sostén de la monarquía. Mientras se celebraban las Cortes de Medina del Campo de 1302, a las que acudió una representación del reino de Castilla, falleció el rey Muhammad II de Granada y fue sucedido en el trono por su hijo, Muhammad III de Granada, quien atacó el reino de Castilla y León y conquistó la localidad de Bedmar.
Birth
Nació en la Ciudad de Sevilla, Sevilla, Andalucía, España, en el año 1262, hijo legitimo del Rey Don Alfonso X de Castilla y de la Reina Consorte Doña Violante de Aragón.Baptism
Recibió en la Catedral de Santa Maria de la Sede, Sevilla, Andalucía, España, los Sacramentos del óleo y crisma.Burial
En el año 1319, se dio Sepultura en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María, Burgos, Burgos, Burgos, Castilla y León, España, el cuerpo del Infante Don Juan de Castilla que reposa al lado del Evangelio de la capilla mayor de la catedral de BurgosSources
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