• Né en 1809 - Panamá, Panamá
  • Décédé le 27 septembre 1882 - CDMX,à l'âge de 73 ans
  • Médico y hacendado

 Parents

 Union(s) et enfant(s)

 Notes

Notes individuelles

Varios miembros de la familia Martínez del Río destacaron en la política de México, desde su independencia de España hasta entrado el siglo XX, con un papel significativo en la historia y cultura de nuestro país, en particular durante el Segundo Imperio. Al perder México los territorios del norte a Estados Unidos, el grupo familiar fue uno de los principales afectados por la expropiación de tierras debido a la gran extensión de sus posesiones en Texas. El Diccionario Porrúa nos dice de José Pablo Martínez del Río (1809-1882), que nació en Panamá de padres españoles (de origen Cántabro), y muy pronto fue enviado a Europa para estudiar, recibiendo en París el grado de bachiller (1828) y luego el de médico (1834); en ese período su padre trasladó su residencia a México, donde con sus hijos fundó el establecimiento mercantil “Martínez del Río, Hnos.” cuyo capital respaldaba entre muchas otras, la “Fábrica de hilados y tejidos -de algodón- Miraflores” en Tlalmanalco. La familia destacaba en el comercio de América Central y del Sur, operando desde Ciudad de Panamá y con incursiones en el mercado de tierras en Texas -específicamente en lo que ahora conocemos como condado de McLennan-, aunque cuando llegaron a México en 1832, su apellido era Martínez Retes (Martínez de Retes Río, donde el padre Ventura Martínez de Retes Mendoza, había casado con Ana María Río Bahamonde), y se modificó posteriormente luego de la llegada a San Blas de don Ventura y sus hijos Gregorio José, Manuel María y Ventura de la Cruz, aunque sin su esposa Ana María del Río que había fallecido. El Dr. José Pablo Martínez del Río llegó a México, donde se le reconoció el título en 1838, y fue nombrado profesor de obstetricia en el Establecimiento de Ciencias Médicas y debió formar parte de la primera Academia de Medicina de México, aunque para 1839 volvió a París. José Pablo regresó a México en 1844 para hacerse cargo de la fábrica de tejidos Miraflores, y casó con Ángela Pedemonte Peña, con quien procreó ocho hijos: María de los Dolores (1845- que casaría con Giuseppe Castiglioni Stampa, Marchese di Castiglioni), Pablo Rafael (1846- que casaría con Bárbara Vinent Kindelan), Ángela María (1848- que casaría con Manuel Thomas Terán), Manuel (1850- que casaría con Amelia Zamacona Inclán), Brígida (1853-1855), Nicolás (1853- que casaría con María Gilgan Logny), Ventura (1866- que casaría con Rosa Bermejillo Martínez-Negrete) y Julia (1866- que casaría con Manuel González Pavón), todos Martínez del Río Pedemonte, y herederos del “Rancho La Hormiga”.Apenas diez años luego de haber regresado a México, en marzo de 1853, el doctor Martínez del Río adquirió del general José María Rincón Gallardo “…un pedazo de tierra ubicado en la loma entre Chapultepec y el pueblo de Tacubaya…” al sur del “Molino del Rey”, con la idea de establecer un pequeño rancho que gozara de las inmejorables vistas que hacia el oriente se tenían de la cuenca. Recordemos que el 3 de octubre de 1863 en el castillo de Miramar, una delegación de mexicanos ofreció la Corona de México a Maximiliano de Habsburgo, entre los que figuraba José Pablo Martínez del Río Castiglione, como portavoz. Alguna injerencia habrá tenido Martínez del Río en la decisión de Maximiliano, al hablarle de la belleza de Chapultepec, y mostrarle los dibujos de la vista que desde “La Hormiga” se tenía del valle. En julio de 1864, Maximiliano I de México nombró a don José Pablo -que entonces vivía en Milán- Embajador ante el Imperio Otomano (Enviado Extraordinario ante los gobiernos de Grecia y Turquía), y por lo mismo, éste cedió poderes notariales a su hermano Gregorio José a fin de encargarse del rancho y por ser de interés del Emperador, venderlo al Imperio para que sus terrenos pasaran a ser parte del parque que rodeaba al Palacio de Chapultepec. Luego de la caída del II Imperio el 19 de junio de 1867, Benito Juárez entró a la Ciudad de México el 15 de julio y poco después confiscó una de las mayores propiedades de la familia Martínez del Río conocida como "Encinillas" que los hermanos poseían en el norte de México; además, desconoció la compra del rancho “La Hormiga”, propiedad no pagada y que no sería restituida al Dr. Martínez Del Río sino hasta el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada en 1872. Desde ese año y hasta su muerte diez años más tarde, el doctor dedicó todo su empeño en revitalizar el rancho “La Hormiga”, transformando aquella propiedad arbolada en un maravilloso ambiente para el gozo de su familia. El eje sería la “Casa Grande”, edificada sobre el promontorio poniente de la propiedad y desde cuya torre, Chapultepec, el extenso valle y la Ciudad de México se exhibían casi como un espejismo. En “Quintas de Tacubaya”, José Alfredo Reynoso Ruíz e Isabel Serrano, nos cuentan que: “…al lado del bosque de generosa y variada vegetación, flanqueada por milenarios ahuehuetes y coníferas, se erigió la hermosa residencia que abrigó a la familia. La construcción conocida como “casa grande”, destacaba por sus líneas esbeltas y elegantes en cuyo interior imperaba el gusto exquisito y la sobriedad; estaba rodeada de numerosas calzadas, prados con alcatraces, magnolias, gran variedad de plantas de ornato y un gran estanque con peces multicolores, donde también nadaban esbeltos cisnes y gansos. Desde la parte más elevada del terreno, que invitaba a prolongar la vista hacia las alturas, se erguían los techos a dos aguas y los torreones, cuyas angostas ventanas se abrían hacia unos jardines primorosos”. La casa corresponde a un estilo que en general se conoce como “Victoriano” –aunque en México, Israel Katzman lo cataloga como “Campestre Romántico” – y fue popular durante la segunda mitad del siglo XIX, luego de su difusión en el Reino Unido y los Estados Unidos. Citando a don Carlos Martínez del Río y Vinet: “La casa era de estilo inglés muy del tipo chalet, con sus techos de dos aguas y torreones a los lados; …en seguida estaba la capilla y después la ranchería, donde estaban las casas de los trabajadores… y un estanque de cincuenta por treinta metros, cuya agua provenía de Santa Fe… Todo alrededor estaba bardado con un muro que hicieron mis padres, empezando por la Calzada Madereros (hoy Constituyentes) y Parque Lira, hacia el norte hasta Molino del Rey y prolongándose luego al oriente… La entrada era por el Bosque, … donde existía una plazoleta y frente a ella estaba la entrada al Rancho de la Hormiga…”. El Dr. José Pablo Martínez del Río, murió el 27 de septiembre de 1882, víctima de una ataque cardiaco, luego de 16 años de viudez. Nos dice Fernando Muñoz Altea que “…se suscitaron entre los herederos numerosos pleitos que duraron bastantes años; hasta que luego de la lucha revolucionaria lograron ponerse de acuerdo para permutar con el gobierno de Álvaro Obregón los derechos que les correspondían sobre el rancho de "La Hormiga”. Aunque desde el inicio del S. XX buena parte de la familia gozaba del rancho, todo parece indicar que fue doña Bárbara Vinent Kindelan, quien mostró el mayor interés en darle mantenimiento, e insistió ante don Pablo Rafael Martínez del Río que se hicieran mejoras en la propiedad; así, se edificó la capilla, complementó el amueblado y mejoraron los jardines en una propiedad que vio llegar las mejoras que a Chapultepec hiciera el gobierno de Porfirio Díaz así como las ampliaciones y reformas de las que el Ministro Limantour se encargó, agregando zoológico, lago y varias hectáreas de El rancho, que había sido recuperado por los Martínez del Río en 1919, usando la casa para la boda de Dolores y Jaime en 1921, sería entregado a la Secretaría de Hacienda y ocupada a los pocos meses por el Secretario de Gobernación, Gral. Plutarco Elías Calles, residencia que habitaría con su esposa y nueve hijos hasta 1923, cuando Calles presentó su renuncia para iniciar su campaña por la presidencia. Cuando la casa del rancho aún figuraba como parte del patrimonio de la familia Martínez del Río, se celebró un banquete en 1921 “…en la residencia campestre de la familia del novio”, luego de la boda en el templo de la Inmaculada Concepción de la muy joven María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete (Dolores del Río), con Jaime Martínez Del Río y Vinent. Entretanto la casa había sido modificada, y para 1922, sería nuevamente escenario de otra boda…“A las diez treinta de la mañana de éste lunes siete de agosto, tuvo lugar el matrimonio civil de la señorita Hortensia Elías Calles, hija del General Plutarco Elías Calles, secretario de Gobernación, con el señor Fernando Torreblanca, Secretario particular del Primer Magistrado de la República, General Álvaro Obregón, quien fungió como padrino de los desposados".El 1 de diciembre de 1934 fue electo presidente de México el Gral. Lázaro Cárdenas, quien decidió abandonar el Castillo de Chapultepec, como residencia oficial, por otro sitio más adecuado, siendo elegida la “Casa de la Hormiga”, la cual además fue del agrado de la Primera Dama, aunque no le gustó el nombre. Así, la nueva residencia del Presidente de México se estableció en los terrenos del rancho “La Hormiga”, edén que desde entonces se llama “Los Pinos”. Es importante no confundir ésta casa con la que ahora se llama “Residencia Oficial de los Pinos”, edificio que se construyó años más tarde durante el sexenio del Presidente Miguel Alemán. El viejo “Chalet Inglés” se nombra ahora “Residencia Lázaro Cárdenas”, para diferenciarla de la “Residencia Miguel Alemán”, que es asiento de la presidencia. Fuente: Grandes casas de México, publicado por Rafael Fierro Gossman, 31 de julio de 2016.

  Photos & documents

{{ media.title }}

{{ mediasCtrl.getTitle(media, true) }}
{{ media.date_translated }}